DESPERTAR AL AMOR

con un curso de milagros

2013: UN NUEVO CURSO COMIENZA


Con cada comienzo de año, miles de propósitos convencionales, vienen a nuestra mente con el objetivo de hacer el año diferente y limpiar de nuestra consciencia aquellos pensamientos que nos llenan de culpa: adelgazaremos, haremos ejercicio, dejaremos de fumar, reemprenderemos aquellos estudios que quedaron olvidados, o aquella relación  maltratada…

Sin embargo en pocas ocasiones estos propósitos se enfrentan a la única necesidad mucho más allá de cualquier necesidad material: la búsqueda interior y el reencuentro con uno mismo.

El camino que cada uno de nosotros sigue para alcanzar este objetivo, está predeterminado y sólo requiere de nuestra pequeña dosis de buena voluntad para que una pequeña revolución acontezca en tu vida. Recuerda que una vez que esta jornada ha comenzado, el final es seguro. ¿Por qué esperar? ¿Por qué susti­tuirlo por ilusiones mundanas, cuando tu felicidad se encuentra a tan sólo un instante? El final es indudable una vez el camino ha comenzado y está garantizado por Dios.

Todos los caminos llevan a un mismo objetivo; no existen caminos mejores ni peores, pero desde estas páginas de estudio de Un Curso de Milagros, te ofrecemos el nuestro. Si por algún motivo estas leyendo estas letras, quizás éste sea el tuyo, pues nada llega a ti sin un propósito.




Ésta es la época en la que muy pronto dará comienzo un nuevo año del calendario cristiano. Tengo absoluta confianza en que lograrás todo lo que te propongas hacer. Nada te ha de faltar, y tu voluntad será completar, no destruir. Dile, entonces, a tu her­mano:

* Te entrego al Espíritu Santo como parte de mí mismo.
* Sé que te liberarás, a menos que quiera valerme de ti para aprisionarme a mí mismo.
* En nombre de mi libertad elijo tu liberación porque reconozco que nos hemos de liberar juntos.

De esta forma damos comienzo al año con alegría y en libertad. Es mucho lo que aún os queda por hacer, y llevamos mucho retraso. Acepta el instante santo con el nacimiento de este año, y ocupa tu lugar -por tanto tiempo vacante- en el Gran Despertar. Haz que este año sea diferente al hacer que todo sea lo mismo. Y permite que todas tus relaciones te sean santificadas. Ésta es nuestra voluntad. Amén. (T-15.XI.10)



Nuestro propio año nuevo nacerá de nuestro propio tiempo de Cristo. De la mano del Curso, aceptamos unirnos a Jesús en su tarea (el Gran Despertar), en un año de dicha y libertad, en el que nuestras relaciones se hacen santas, y en el que todo es lo mismo, porque todo en él está dedicado a un único propósito: Nuestro despertar y el de nuestros hermanos.

Decídete este año a no negar lo que Dios te ha dado. No hagas interpretaciones que se opongan al Amor de Dios, pues tienes muchos testigos que hablan de él tan claramente, que sólo los ciegos y los sordos podrían no verlos ni oírlos. Decídete este año a no negar lo que Dios te ha dado. Despierta y compártelo, pues ésa es la única razón por la que Él te ha llamado. Su Voz ha hablado claramente, pero tienes muy poca fe en lo que oíste debido a que has preferido tener más fe en el desastre que has ocasionado. Resolvamos hoy juntos aceptar las buenas nuevas de que ese desastre no es real y de que la realidad no es un desastre. (T-16.II.8:1-5)

Para ello, un Curso de Milagros provee un programa de estudios sumamente individualizado, en el que todos sus aspectos están bajo el cuidado y la dirección especial del Espíritu Santo.

Pregunta y Él te contestará. Ésa es Su responsabilidad, y sólo Él está capacitado para asumirla. Responder es Su función. Dirigirle a Él tus preguntas es la tuya.
 (M-29.2:6-10)


El Espíritu Santo jamás ha dejado de resolver por ti ningún problema que hayas puesto en Sus manos, ni jamás dejará de hacerlo. Cada vez que has tratado de resolver algo por tu cuenta, has fracasado. ¿No es hora ya de que conectes todos estos hechos y te des cuenta de lo que significan? Éste es el año en que debes poner en práctica las ideas que se te han dado. Pues las ideas son fuerzas poderosísimas que deben ponerse en práctica y no dejar en desuso. Ya te han dado suficientes pruebas de su poder como para que desees depositar tu fe en ellas y no en su negación. Dedica este año a la verdad y déjala obrar en paz. Ten fe en Aquel que tiene fe en ti. Piensa en lo que realmente has visto y oído, y acéptalo. ¿Cómo puedes estar solo con seme­jantes testigos?
(T-16.II.9:1-10)

El Curso se encuentra organizado enteramente como una herramienta de enseñanza, no es un curso de especulación filosófica, ni está intere­sado en una terminología precisa. Se orienta únicamente hacia la Expiación o corrección de la percepción. El medio de la Expia­ción es el perdón. 

Consiste en tres libros: un Texto de 622 páginas, un Libro de Ejercicios de 478 páginas, y un Libro para Maestros de 88 páginas. El orden en el cual los estudiantes elijan usar los libros y las formas en las que lo estudien dependen de sus necesidades y preferencias particulares.

¿Qué es mejor para unos y qué es mejor para otros? Es posi­ble que a algunos alumnos les sea más útil leer primero el manual. A otros les puede resultar mejor empezar con el libro de ejercicios. Y todavía habrá otros que quizá necesiten empezar en el nivel más abstracto que ofrece el texto. 

Para que los ejercicios del libro de ejercicios tengan sentido para ti, es necesario, como marco de referencia, disponer de una base teórica como la que provee el texto.

Es la práctica de los ejercicios, no obstante, lo que te permitirá alcanzar el objetivo del curso. Una mente sin entrenar no puede lograr nada. El propó­sito de este libro de ejercicios es entrenar a tu mente a pensar según las líneas expuestas en el texto.

Los ejercicios son muy sencillos. No requieren mucho tiempo, y no importa dónde se hagan. No requieren ninguna prepara­ción. El período de entrenamiento dura un año. Las lecciones van numeradas de la 1 a la 365. No intentes hacer más de una serie de ejercicios por día.

El libro de ejercicios está dividido en dos secciones principa­les. La primera está dedicada a anular la manera en que ahora ves, y la segunda, a adquirir una percepción verdadera. A excep­ción de las sesiones de repaso, los ejercicios diarios están planeados en torno a una idea central que se enuncia primero. A ésta le sigue una descripción de los procedimientos concretos mediante los cuales debe aplicarse la idea del día.

Decídete hoy, cierra los ojos, piensa para tus adentros y dispónte este año a hacer algo diferente, algo distinto de todo lo que ha sucedido antes: Seguro que no te arrepentirás !!!

LA NAVIDAD Y AL AÑO NUEVO EN UCDM

LA CLAUSURA DE LA BRECHA



La brecha a que se refiere el texto no es sino la distancia física que ponemos entre nosotros para proteger al ego. No es sino una defensa del ego en la que el “espacio” se usa para mantener la ilusión de la separación.



 
En UCDM se describe muy explícitamente el significado que el ego otorga a la amistad. Para el ego la amistad no es sino una relación especial, un símbolo del miedo al amor basado en parámetros de separación mediante el  mantenimiento de una distancia física que me impida escapar del amor caso de percibirlo cerca de mí.

Para el ego tu hermano siempre es tu enemigo, ocasionalmente amigo en una alianza temporal si se comparten los mismos intereses, pero manteniendo esa brecha, esa distancia que me permita huir de él, siempre que vuestros mutuos intereses puedan cambiar y de esta manera reconvertirse tu hermano en tu enemigo

La brecha entre vosotros no es el espacio que hay entre vuestros cuerpos, pues ese espacio tan sólo da la impresión de dividir vuestras mentes separadas. La brecha entre vosotros es el símbolo de una promesa que os habéis hecho de encontraros cuando os parezca, y luego separaros hasta que los dos decidáis encontraros de nuevo. Y entonces vuestros cuerpos parecerán ponerse en contacto y concertar un lugar de encuentro donde reunirse. Pero siempre es posible que cada uno siga su camino. S u p e d i t a d o  a l "derecho" de separaros, acordáis reuniros de vez en cuando y mantener vuestra distancia con intervalos de separación que os p r o t e j a n d e l "sacrificio" del amor. El cuerpo os salva, pues os aleja del sacrificio total y os da tiempo para reconstruir una vez más vuestros yos separados, que creéis que realmente menguan cuando os reunís (T-29.I.4:1-7)


Es nuestra elección lo que establece nuestra sensación de separación e individualidad al establecer un muro de separación basado en nuestro cuerpo y en el espacio que lo rodea,. Este es el sacrificio que el ego exige a la unicidad. Nos erigimos en entes independientes de todo lo que nos rodea y para ello levantamos barreras arquitectónicas que, aparentemente, nos aíslan del resto del mundo. Podemos acercarnos o alejarnos física o afectivamente de los demás y establecer condicionantes a los lugares al considerarlos como espacios  públicos o privados. Nuestra casa se convierte en un espacio de intimidad en el que nos aislamos del mundo que nos rodea

El mundo que ves está basado en el "sacrificio" de la unicidad. Es la imagen de una total desunión y de una absoluta falta de unidad. Alrededor de cada entidad se erige una muralla tan só¬lida en apariencia, que parece como si lo que se encuentra adentro jamás pudiese salir afuera, y lo que se encuentra afuera jamás pudiese llegar hasta lo que se encuentra oculto allí. Cada parte tiene que sacrificar a otra para conservar su propia integridad. Pues si se uniesen, cada una perdería su identidad individual, y es mediante esa separación como conservan su individualidad. (T-26.I.3:1-5)


El cuerpo se convierte en una identificación de si mismo con la idea de propiedad privada y de territorio personal. Supone un sacrificio al renunciar al todo a cambio de recibir una pequeña parte. Y si a sí te consideras a ti mismo, no puedes sino ver a tu hermano en la misma manera, es la expresión del deseo de ver solo una pequeña parte de él obviando el resto. Contempla el mundo y verás que nada está unido a nada más allá de sí mismo. Todas las aparentes entidades pue¬den acercarse o alejarse un poco, pero no pueden unirse.

Lo poco que el cuerpo mantiene cercado se convierte en el yo, el cual se conserva mediante el sacrificio de todo lo demás. Y todo lo demás no puede sino perder esta pequeña parte y perma¬necer incompleto a fin de mantener intacta su propia identidad (T-26.I.3:1-5)


El ego teme a la unicidad pues significa su desaparición. Para eso creo el cuerpo que nos permite alejarnos del “sacrificio” de nuestra individualidad mediante la separación física de tu hermano reconstruyendo nuestros yo separados que parecen menguar en el momento en que nos reunimos.

Ser especial es la función que tú te asignaste a ti mismo. Te representa exclusivamente a ti, como un ser que se creó a sí mismo, auto-suficiente, sin necesidad de nada y separado de todo lo que se encuentra más allá de su cuerpo. Ante los ojos del espacialismo tú eres un universo separado, capaz de mantenerse completo en sí mismo, con todas las puertas aseguradas contra cualquier intromisión y todas las ventanas cerradas herméticamente para no dejar pasar la luz. (T-24.VI.11:3)


Borrar el espacio interpongo entre mi hermano y yo hace que lo vea en plenitud y no solo parte de él. Me permite afirmar que no es mi enemigo y que el cuerpo no es real. Clausurar la brecha supone experimentar la paz eterna.

Esta actitud es el resultado de la idea de que la mente es una, y de que el espacio que hay entre nosotros tan sólo da la impresión de dividir nuestras mentes separadas. (T-29.I.4:1-2)