DESPERTAR AL AMOR

con un curso de milagros

¿QUE ES LA NUEVA CONCIENCIA?

EL JUICIO DE DIOS


El Segundo Advenimiento de Cristo permite al Hijo de Dios poder escuchar la voz del Espíritu Santo, la Voz que habla por Dios. Supone separar lo falso de lo verdadero mediante la corrección en la percepción de tu pensamiento. Con este juicio, a la percepción no puede sino llegarle su fin y desde esa nueva visión, conocernos y sabernos como espíritu, dejando atrás la visión del cuerpo.

El Juicio Final es uno más de los muchos recursos de aprendizaje que se incluyeron en el plan general de la Expiación tras la separación. Su duración es indeterminada , pero está en nuestras manos acortar ese tiempo con cada decisión santa que se toma, pues la santidad se expande por doquier y el final se vislumbra muy cerca, una vez que los Hijos de la Vida han decidido vivir felices para siempre.




Los milagros son el vehículo de la Salvación, con ellos se acorta el tiempo hasta desaparecer permitiendo ver un mundo real que ha aceptado las creaciones del Hijo de Dios con amor por razón del mérito que tienen, a la vez que repudia inevitablemente las creaciones falsas de la percepción que, en ausencia de la creencia que las originó, dejarán de existir, al haber alcanzado su objetivo y cumplido su misión.

UN MÉTODO PARA SALIR DEL MIEDO


Ayer, en un grupo de estudio de Un Curso De Milagros, se planteaba la cuestión de la reacción ante un hipotético ataque. Estos pasos son un arreglo cualquiera entre otros muchos que se podrían confeccionar, y tan sólo representan un punto de vista más. Tened muy en cuenta que la duración en tiempo real de todo el proceso podrían ser unos pocos segundos, por lo que obviamente no da tiempo de sacar la chuleta para leerse los pasos. Con el tiempo logras efectuar todos los pasos en unas décimas de segundo. Os sugiero que entreneis antes en vuestra mente para integrar todo el proceso, ya que vale para cualquier situación de miedo: ira, ofuscación, nervios, tensión, cabreo, mosqueo, dudas, sospechas, etc. 

Os resumo aquí un método que se puede derivar de las enseñanzas del curso. 



Ejemplo: vas caminando y te tropiezas con alguien. Este te grita: idiota, mira por donde andas! Si en ese momento notas algo como ira subiendo por tu piel, te conviene revisar estos pasos: 

1) Alarma: Lo primero de todo es hacerte consciente de tu ira. La ira es algo que ya no deseas. Sabes que proviene del ego, de sentirte separado. Por tanto, tienes un problema. 

2) Reconocer: Reconoce que tu no sabes nada, y por tanto no sabes como solucionar tu problema. Como tu no sabes nada acudes a quien si que sabe, tu guía perfecto, tu Espíritu Santo. 

3) Comunicar: Comunicas la situación al Espíritu Santo. Esto significa que tomas conciencia de que has puesto el asunto en sus manos y que por tanto pides el milagro que la resuelva. 

4) Milagro: El te comunica el milagro que has pedido. El milagro se ajustara a cada situación especifica si bien siempre es una variante de: perdónalo  es decir, reconoce que esto es un sueño y por tanto no hay nada ni nadie a quien juzgar; luego, enamóralo. Recuerda que los milagros son pensamientos. 

5) Recibir y dar: Primero recibes el milagro y luego lo compartes con tu hermano. Podría ser algo tan simple como -huy lo siento- seguido de una sonrisa. 

Puede suceder que no hayas visto el milagro por lo que no podrás recibirlo. Si has realizado correctamente los 5 pasos, entonces solo puede significar una cosa: algún resentimiento esta ocultándote la respuesta. Es tiempo de revisar tus relaciones especiales y tu amor propio que en el fondo son lo mismo. Asegúrate de que no estas dando a nadie un trato especial o diferente del resto de tus herman@s, de que tod@s son iguales para ti. Asegúrate de que tu amor por ti misma es idéntico al que les tienes a tus herman@s. Asegúrate de que no crees que exista causa alguna fuera de tu mente. Si logras descubrir tu resentimiento significa que ahora ya puedes ver la respuesta que antes no viste. Si no es así, no importa, al menos puedes sonreír  En la certeza de que no puedes fallar aunque no oigas aun las respuestas, perdónate y sigue alegre con tu vida, no te quepa duda de que tarde o temprano lograras hacerlo; es una cuestión de empeño, es tu derecho, tienes derecho a los milagros. Sigue estudiando. Smile 

Tu milagro, tu respuesta, tu pensamiento santo, constituirá un puente de unión con tu hermano, y de alguna manera mediara una sonrisa final, o un abrazo, o lo invitaras a un café  o incluso, quien sabe, acabéis ligando o intercambiando los móviles  de cualquier manera ambos quedareis satisfechos con ella, y vuestra mutua satisfacción sera vuestro regalo para toda la Filiación, para todo el Universo. 

Obviamente tu objetivo es saltarte todos esos pasos para evitarte la ira. Esto se logra percibiendo correctamente desde el principio. Si sabes que eres invulnerable y sabes que tu hermano es impecable y glorioso como tu, entonces no subirá la ira a tu cabeza. 

Namasté. 



El nuevo comienzo se convierte ahora en el foco central de nuestro programa de estudios. No hay duda con respecto a cual es la meta, pero ahora se necesitan métodos específicos para alcanzarla. La rapidez con la que la puedes alcanzar depende únicamente de esto: que estés dispuesto a poner en practica cada paso. Cada uno de ellos te ayudara un poco mas cada vez que lo practiques. Y todos ellos juntos te conducirán mas allá de los sueños de juicios a los de perdón  liberándote así del dolor y del miedo. Ninguno de estos pasos es algo nuevo para ti, pero todavía son ideas mas que reglas por las que riges tu pensamiento. Por lo tanto, necesitamos ponerlos en practica por algún tiempo, hasta que se conviertan en las reglas por las que riges tu vida. Nuestro propósito es ahora convertirlos en habito, de modo que estén a tu disposición en caso de necesidad. 
(UCDM Texto, cap.30, introducción)


PRINCIPIOS DE LOS MILAGROS. INTERPRETACIÓN (Y III)




Principio número 29: “Los milagros alaban a Dios a través de ti. Lo alaban al honrar a Sus creaciones, afirmando así la perfección de las mismas. Curan porque niegan la identificación con el cuerpo y afirman la identificación con el espíritu”.

El milagro es la corrección de la percepción acerca de quiénes somos. Se logra al ver únicamente al Espíritu Santo en cada hermano, al ver perfección en cada uno de nosotros y no debilidad ni vulnerabilidad. Ésta por otra parte es la verdadera empatía.
De esta manera lo reforzamos tanto en él como en nosotros. Así se produce el milagro, la corrección de percepción en ambos, en nosotros y en el hermano que tenemos frente, en la experiencia. Así, a través del milagro nos vemos como lo que verdaderamente somos, espíritu invulnerable, fuerte, ilimitado, una expresión de la divinidad, espíritu teniendo una experiencia en lo corporal, y no un cuerpo en una experiencia espiritual.


Principio número 30: “Dado que los milagros reconocen el espíritu, ajustan los niveles de percepción y los muestran en su debido lugar. Esto sitúa al espíritu en el centro, desde donde puede comunicarse directamente”.

El milagro nos muestra el preciso nivel donde se encuentra “el problema”, en un error de pensamiento, en la mente y no en el cuerpo.
Nos muestra que el problema es nuestra idea de culpabilidad, más allá de la forma que adopta. Nos permite ver que todo aparente problema, no es más que un error de pensamiento. Esto es lo que genera la sensación de ausencia de amor en nosotros, un amor que creemos perdido. Allí, a donde debe acudir el amor del Espíritu Santo en nuestra ayuda para rectificar la forma errónea en que nos percibimos. En ese Amor verdadero está nuestra esencia. Ahí el espíritu ocupa el papel central.


Principio número 31.- Los milagros deben inspirar gratitud, no reverencia. Debes dar gracias a Dios por lo que realmente eres. Los Hijos de Dios son santos y los milagros honran su santidad que ellos pueden ocultar, mas nunca perder.
Debemos sentirnos agradecidos por la magnificencia del milagro, este maravilloso y majestuoso regalo de parte de nuestro Padre hacia nosotros, Sus Hijos. Sólo un amor ilimitado, profundo e incondicional, una expresión de Amor verdadero y auténtico puede traernos este regalo. Con el Padre, es con el único que hemos de tener reverencia o gratitud, pues es el verdadero artífice de un estado de consciencia latente en todos nosotros, estado que ante un “mínimo de buena voluntad” aflora para guiarnos de regreso al hogar.

PRINCIPIOS DE LOS MILAGROS. INTERPRETACIÓN (II)




Principio número 16: Los milagros son recursos de enseñanza para demostrar que dar es tan bienaventurado como recibir. Aumentan la fortaleza del que da y simultáneamente le dan fortaleza al que recibe.

Como nos señala Jesús en Un Curso de Milagros, “dar y recibir son parte de una misma cosa”. Cuando doy, es a mi mismo a quien doy, considerando que todos somos parte de la Mente Uno, la Mente del Hijo de Dios. Por lo tanto, recibiré exactamente aquello que ofrezca al mundo y a mis hermanos.


Principio número 17: Los milagros transcienden el cuerpo. Son cambios súbitos

Los milagros, trascienden el cuerpo ya que se producen en un nivel que está más allá de este, se producen a nivel de la mente, donde realmente puede haber cambio, a nivel del pensamiento.
Curan realmente ya que trabajan sobre la causa del “problema“, no sobre el efecto.
Al corregir la percepción acerca de quiénes somos, a nivel de la mente, el cuerpo, una herramienta que en esencia es “neutra” se pone al servicio del Espíritu Santo y da testimonio de la corrección de pensamiento a través de su salud y fortaleza.


Principio número 18: El milagro es un servicio. Es el máximo servicio que le puedes prestar a otro. Es una manera de amar al prójimo como a ti mismo, en la que reconoces simultáneamente tu propia valía y la de él.

Al corregir la percepción sobre nosotros, corregimos la percepción sobre los demás, reconociéndoles como parte de la Filiación.
Dice Un Curso de Milagros: “no puedes reconocer a tu Creador si pierdes de vista a la Creación”. Por lo tanto la única forma de llegar a Dios es a través de su Creación, reconociendo en cada persona, en cada hermano, a una parte inseparable de la Filiación.
La ofrenda que podemos hacer a Quién nos otorgó el regalo de la vida eterna, es tener una percepción correcta, acertada de su Creación, bendecirla y dar testimonio de nuestra unicidad.
Por esta razón, el máximo regalo que podemos hacer a nuestros semejantes, y a nosotros mismos, es reconocerles y reconocernos como parte del Todo al que pertenecemos.

PRINCIPIOS DE LOS MILAGROS. INTERPRETACIÓN (I)





Principio no. 1: “No hay grados de dificultad en los milagros. No hay ninguno que sea más “difícil” o más “grande” que otro. Todos son iguales. Todas las expresiones de amor son máximas”.

La ilusión es siempre ilusión, más allá de la forma que adopte, y por ende el milagro le deshace siempre de la misma manera al contemplarlo todo desde una única perspectiva, como parte de un sueño, algo que no es real independientemente de cómo se llame.
No existe grado de dificultad en absoluto, ya que todos los aparentes problemas a los que creemos enfrentarnos, no son más que la misma percepción errónea adoptando diferente forma.
El mundo que vemos y que percibimos con los sentidos, es el testigo “fiel” de que nos hemos separado de Dios, de que estamos en oposición a él, y todo lo que fabricamos para atrincherarnos o defendernos persigue el mismo fin, escondernos del supuesto castigo que decimos merecer y que de un momento a otro recibiremos.
Al percibirnos culpables, proyectamos dicha culpa fuera y el mundo que vivimos con todas sus situaciones se transforma en el “merecido castigo”. El milagro, la percepción correcta acerca de quiénes somos, activado por nuestro deseo de “una forma diferente de vivir la vida”, transita por el sueño, transformándolo todo en tierra santa, poniendo todo aquello que fabricamos con un fin profano al servicio del despertar de la mente del Santo Hijo de Dios.
El milagro muestra que la separación nunca ocurrió, por lo tanto, muestra que aquello que de testimonio de que nos separamos, no es malo ni bueno, simplemente nunca existió.


Principio no. 2: “Los milagros -de por sí- no importan. Lo único que importa es su Origen, El Cual está más allá de toda posible evaluación”.

El milagro no importa ya que es una corrección, una ilusión para un mundo de ilusiones, pues sólo en un sueño podemos pensar que lo eterno puede volverse perecedero, que lo ilimitado puede volverse finito y que lo perfecto puede convertirse en imperfecto.
Lo importante del milagro es su Origen, un origen que habla de la Presencia divina en nuestra mente, de la lo que siempre estuvo allí, de la presencia de Dios en la mente de santo Su hijo.
El Origen del milagro siempre es Dios, el Espíritu Santo, la voz que habla por Él dentro de la mente de Su hijo, es lo único relevante en todo el proceso.


Principio no. 3: “Los milagros ocurren naturalmente como expresiones de amor. El verdadero milagro es el amor que los inspira. En este sentido todo lo que procede del amor es un milagro”.

El verdadero milagro es el amor que los inspira, hace alusión al “mínimo de buena voluntad” que es indispensable de parte nuestra para que el Espíritu Santo entre a formar parte de todas nuestras relaciones. Ese mínimo de buena voluntad es lo que propicia el milagro. Sin él, el Espíritu jamás acudirá a la cita ya que no fuerza situaciones o ejerce presión de ningún tipo.
Por otra parte, es Dios o Su voz a través del Espíritu Santo quien opera el milagro no nosotros. Todo lo que procede del milagro (de Dios o de Su voz) es un milagro. Todo lo que procede de Dios es únicamente amor.