DESPERTAR AL AMOR

con un curso de milagros

EL PROPOSITO DE LA MUERTE

La cuestión no es si habrá vida después de la muerte, la cuestión es si te permites estar vivo antes de que te mueras

En este mundo parece haber un estado que es lo opuesto a la vida. Lo llamamos muerte.

Pero… ¿Qué significa para ti la palabra muerte?¿Cual es el significado que le has dado a dicha palabra?¿Cual es el origen del concepto de muerte?




La creencia fija e inalterable del mundo es que todas las cosas nacen para morir; Es así es como "opera la naturaleza”, y ello no se debe poner en tela de juicio, sino que debe aceptarse como la ley "natural" de la vida. Cuando dichas creencias son puestas en entredicho, te enfadas de manera incomprensible con todo aquél que tiene una perspectiva diferente a la tuya, por considerarla amenazante respecto a los esquemas que estructuran tu sistema de Pensamiento. Tienes miedo a la muerte

“La muerte no existe, lo que existe es la creencia en la muerte”
 (T-2.VII.5:11)

Podríamos definir la muerte como la extinción del cuerpo. Crees que la muerte es algo que sólo tiene que ver con el cuerpo, y esto nos aterra en la creencia de que con la muerte, de manera inevitable, nosotros desapareceremos también, al identificarnos con un cuerpo. 

Pero el cuerpo no es real, sino que es el vehículo que le permite a tu mente, dar fe de las ideas que sustenta. Una idea no implica realidad, sino solamente una creencia. La muerte es sólo una idea, y no tiene nada que ver con lo que se considera físico. La idea de la muerte adopta múltiples formas: Es todo sentimiento que no es de suprema felicidad. Es la forma de respuesta a cualquier pensamiento que no sea con perfecta alegría. Toda sensación de pérdida, sufrimiento y cualquier síntoma de cansancio, incomodidad o angustia, no son sino testimonios de la muerte, pues cualquiera de ellos está negando que vives.

Si la muerte es sólo una idea, su fuente ha de estar en tu mente, pues los pensamientos se encuentran en la mente. Es en su punto de origen donde debe efectuarse el cambio si es que éste ha de tener lugar. “Las ideas no abandonan su fuente”. Esta es en último término la razón de que puedas curar. Es la razón de que no puedas morir. 

Como estudiante de un UCDM, sabes que la muerte no existe y que al igual la enfermedad, no son sino defensas contra la verdad, testigos que la mente fabrica con el propósito de demostrar que Dios está equivocado con respecto a ti.

“La muerte y la enfermedad son invenciones tuyas, y, por lo tanto, las puedes abolir” (T-1.I.24:1)

La muerte es el pensamiento de que estás separado de tu Creador. Es la creencia de que las condiciones cambian y de que las emociones varían debido a causas que no están bajo tu control, que no son obra tuya y que tú jamás puedes cambiar. La naturaleza cambiante del mundo que ves, no es sino es la fotografía externa de nuestro estado mental. Inconscientemente creemos que cambiamos lo Inmutable, y que las ideas pueden abandonar su fuente y adquirir cualidades que ésta no posee, convirtiéndose así en algo diferente de su origen, aparte de éste en lo relativo a su naturaleza, así como en lo relativo al tiempo, a la distancia y a la forma.

“El mundo que ves es una ilusión. Dios no lo creó, lo que El crea es eterno como El mismo”

Todo lo cíclico, lo cambiante y lo incierto; lo inestable y lo inconstante; lo que percibimos como cambiante, es lo que se consi­dera la Voluntad de Dios. Pero sin embargo, nadie se pregunta si Dios hubiese podido disponer algo así: Si el mundo que percibimos fuese tal como Dios lo creó, nadie podría  pensar que Dios es amoroso. Que todo aquello que percibes y te rodea, haya de extinguirse y acabar en polvo, desilusión y desesperanza, no puede sino inspirar temor.

“Contempla detenidamente este mundo y te darás cuenta de que así es. Pues este mundo es el símbolo del castigo, y todas las leyes que parecen regirlo son las leyes de la muerte. Los niños vienen al mundo con dolor y a través del dolor. Su crecimiento va acompañado de sufrimiento y muy pronto aprenden lo que son las penas, la separación y la muerte. Sus mentes parecen estar atrapadas en sus cerebros, y sus fuerzas parecen decaer cuando sus cuerpos se lastiman. Parecen amar, sin embargo, abandonan y son abandonados. Parecen perder aquello que aman, la cual es quizá la más descabellada de todas las creencias. Y sus cuerpos se marchitan, exhalan el último suspiro, se les da sepultura y dejan de existir. Ni uno solo de ellos ha podido dejar de creer que Dios es cruel”.
(T-13.Int.2: 3-11)

Tu insignificante vida está en manos de Dios, suspendida de un hilo que puede cortar sin ningún remordimiento en cualquier momento y sin que le importe en absoluto. El ego cree que puede atacar a Dios y de eso es de lo que trata de convencerte, de que tú lo has hecho. Sientes el pecado dentro de tí por haberte separado. La culpa te acecha y tienes miedo… Miedo porque sabes que el final es seguro de cualquier forma. Por tanto ves la vida como un paso hacia la muerte: La muerte se ha convertido en el símbolo de la vida.

“La muerte es el símbolo del temor a Dios”.
(M-27.3:1)

Pero la muerte no puede proceder de la vida. Lo opuesto a la vida tan sólo puede ser otra forma de vida. Si la muerte fuera real, la vida no existiría, de modo que la propia muerte niega la vida. Pero si la vida es real, lo que se niega es la muerte. Y si sabemos que existe la vida, y en esto no puede haber transigencia alguna, lo opuesto a la vida no existe y tan sólo puede ser un sueño. 

La mente puede pensar que duerme, pero eso es todo. La mente no puede crear un cuerpo, ni tampoco habitar en un cuerpo. Dios sólo crea mentes despiertas y los pensamientos de Dios son eternamente inmutables, pues Él es dueño y señor de lo que hoy pensamos tal y como su voluntad dispone que sea eternamente. Dios es eterno, al igual que todas las cosas creadas en Él. Somos Hijos de Dios y como tales eternamente inmutables. ¿Como podría Dios crear algo que pueda morir?


No pienses en tratos en el que la muerte participe, pues lo que parece morir, tan sólo es que se ha perci­bido incorrectamente y se ha llevado al campo de las ilusiones. Permite que las ilusiones sean llevadas ante la verdad, pues la verdad no cambia ni fluctúa, ni sucumbe ante la muerte o ante la destrucción.


“Lo único que necesitas para descorrer ese velo que tan negro y tupido parece, es valorar la verdad por encima de cualquier fantasía y no estar dispuesto en modo alguno a conformarte con ilusiones en lugar de la verdad”
(T-16.IV.10:4)


¿Y cuál es el final de la muerte? Nada más que esto: El reconocimiento de que el Hijo de Dios es inocente ahora y siempre. La negación de la muerte como algo real y la idea de que somos parte de la mente de Dios. Tú no puedes morir, ya que quien te creó es el Dador de Vida, no obstante, puedes elegir soñar que mueres, y eso es precisamente lo que crees estar experimentando en el sueño de este mundo


“Dios afirma que la muerte no existe, tu juicio ve a la muerte como el final inevitable de la vida”
(M-11.2:5)


La vida que percibimos, no es real. Fabricamos en sueños lo que creemos ser y en realidad ansiamos la muerte porque es la liberación a todo el dolor que creemos sentir. Hoy no pediremos la muerte en ninguna de sus formas. Actuaremos como Hijos de la Verdad, sin olvidar que somos tal como Dios nos creó.

“Y así, se considera que la salvación es la muerte, pues la vida se ve como un conflicto”
(LE.pI.138.7:4)

Tener una clara consciencia de ello me recuerda que los pensamientos que no proceden de Dios, jamás serán reales, que las ideas no abandonan su fuente y que solamente mi decisión de negarme a apoyar aquello que no es real, hará posible que gradualmente, la creencia en lo irreal, en la enfermedad y en la muerte, desaparezcan de la mente.

Cuando tu cuerpo, tu ego y tus sueños hayan desaparecido, sabrás que eres eterno. Tal vez pienses que esto se logra con la muerte, pero con la muerte no se logra nada porque la muerte no es nada. Todo se logra con la vida, y la vida forma parte del ámbito de la mente y se encuentra en la mente. El cuerpo ni vive ni muere porque no puede contenerte a ti que eres vida. Si compartimos la misma mente, tú puedes superar la muerte puesto que yo la superé. La muerte es un intento de resolver conflictos no tomando ninguna decisión. Al igual que todas las demás soluciones imposibles que el ego propugna, ésta tampoco resultará”. (T-6.V.A.1)

2 comentarios:

Para. Detente un momento lee esto y prensa.

 

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