DESPERTAR AL AMOR

con un curso de milagros

EL PROPOSITO DEL TIEMPO


El concepto que yo he forjado del tiempo impide el logro de mi objetivo. 
Si elijo ir más allá del tiempo hasta la intemporalidad, tengo que cambiar mi percepción acerca del propósito del tiempo. 
Pues su propósito no puede ser que el pasado y el futuro sean uno. 
El único intervalo en el que puedo librarme del tiempo es ahora mismo.
Pues en este instante el perdón ha venido a liberarme. 

LECCIÓN 308 - Un Curso de Milagros


La valoración que tanto el ego como el Espíritu Santo hacen del tiempo son muy diferentes, y de la elección de cómo decidamos utilizar el tiempo la visión del mundo que alcanzaremos será muy diferente

El tiempo puede liberar así como aprisionar, dependiendo de quién es la interpretación de éste que eliges usar. (T-13.VI.4:1)




La principal función del ego es asegurar su supervivencia, y para ello tiene que demostrar que nuestro estado natural es la separación, esa sensación de separación jamás habría surgido en ti, si no hubieses distorsionado tu percepción de la verdad, percibiéndote a ti mismo como alguien necesitado y para ello se hace servir de la culpa, pues la culpa nos separa de Dios y si niegas a tu Padre estarás invitando al pecado, al dolor y al sufrimiento a tu mente, haciendo que sintamos merecer un castigo eterno

Tal como el ego usa el tiempo, es imposible librarse del miedo. Pues el tiempo, de acuerdo con las enseñanzas del ego, no es sino un recurso de enseñanza para incrementar la culpabili­dad hasta que ésta lo envuelva todo y exija eterna venganza (T-15.I.7:6–7)


Para el ego, el tiempo solo es el camino que nos aproxima a la muerte, y la muerte no es sino el triunfo del ego sobre Dios...


Tu padre te creó a su imagen y semejanza, completamente libre de pecado, completamente libre de dolor y completamente a salvo de todo sufrimiento e incluso de la muerte. ¿Podría acaso Dios o su Hijo morir? La muerte se convierte en el claro ejemplo deque Dios no puede ser nuestro Padre, pues ningún padre omnipotente permitiría la muerte de su Hijo: La muerte es la justificación de que nuestra separación con Dios es real

Todo el deterioro que el tiempo parece ocasionar se debe únicamente a tu identificación con el ego, que se vale del tiempo para reforzar su creencia en la destrucción. El ego, al igual que el Espíritu Santo, se vale del tiempo para convencerte de la inevitabilidad del obje­tivo y del final del aprendizaje. Él objetivo del ego es la muerte, que es su propio fin.
(T-15.I.2:6–8).

Por eso el tiempo en manos del ego es un continuo transitar entre las experiencias pasadas y las ilusiones futuras. El Pasado sirve para acordarnos de que hemos cometido, según nosotros, faltas graves, es decir, hemos Pecado. En el Presente nos sentimos Culpables por los pecados que cometimos en el pasado y el Futuro lo vemos con Miedo por el castigo que recibiremos por los pecados cometidos, haciendo de nuestra vida un puro tormento. Pasamos por alto el momento presente que es el único momento libre de culpa y donde el ego puede desvanecerse. Dios existe en la eternidad, y el único punto donde la eternidad se encuentra con el tiempo es el presente.

La creencia en el pecado da lugar al miedo, y, al igual que su causa, mira hacia adelante y hacia atrás, pero pasa por alto lo que se encuentra aquí y ahora. Su causa, sin embargo, sólo puede estar aquí y ahora si sus efectos ya se han juzgado como temibles. Mas cuando se pasa esto por alto se protege la causa y se la mantiene alejada de la curación. Pues el milagro es algo que es ahora. Se encuentra ya aquí, en gracia presente, dentro del único intervalo de tiempo que el pecado y el miedo han pasado por alto, pero que, sin embargo, es el único tiempo que hay.
(T-26.VIII.5:5-9)


Identificarnos con el ego nos esclaviza con el tiempo y nos aleja de la eternidad; Para el ego, el tiempo es un recurso de enseñanza dirigido a identificándonos con él mismo. Afortunadamente el Espíritu Santo quiere liberarnos de esta trampa.

En contraste con el ego, para el Espíritu Santo, el tiempo es un recurso de enseñanza dirigido a propósitos contrarios a lo que hemos visto hasta ahora. El Espíritu Santo utiliza el tiempo para liberarnos de la culpa, de nuestras ilusiones y del propio tiempo.  

El tiempo mantiene una linealidad temporal hacia nuestra sanación mediante el cambio de percepción hasta llegar a adquirir la “visión real”, momento en el que el tiempo cesa en su función y como tal, desaparece.

Acepta únicamente la función de sanar mientras estés en el tiempo porque para eso es el tiempo. (T-9.III.8:3)

A través del perdón y de los milagros, nuestras mentes necesitan son sanadas de sus juicios condenatorios, hacia los demás y hacia nosotros mismos. Ofrecer un milagro significa contemplar a nuestros hermanos y hermanas a través de una percepción sanada, contemplarlos sin culpa y desde la unión con Dios, nuestra Fuente.

Por tanto la importancia del propósito del tiempo, no puede ser sino subrayada. Es nuestra propia visión de la vida y de nuestro Ser la que resulta de la utilización del tiempo en un sentido u otro. El depositar el tiempo en las dulces manos del Espíritu Santo, nos libera de la culpa y nos acerca a nuestro Hogar

Tú también interpretarás la función del tiempo según interpretes tu propia función.
Si aceptas que tu función en el mundo del tiempo es curar, harás hincapié únicamente en el aspecto del tiempo en el que la curación puede tener lugar. La curación no se puede llevar a cabo en el pasado.
Tienes que llevarse a cabo en el presente para así liberar el futuro. (T-13.IV.9:1–4)




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