DESPERTAR AL AMOR

con un curso de milagros

LA CLAUSURA DE LA BRECHA



La brecha a que se refiere el texto no es sino la distancia física que ponemos entre nosotros para proteger al ego. No es sino una defensa del ego en la que el “espacio” se usa para mantener la ilusión de la separación.



 
En UCDM se describe muy explícitamente el significado que el ego otorga a la amistad. Para el ego la amistad no es sino una relación especial, un símbolo del miedo al amor basado en parámetros de separación mediante el  mantenimiento de una distancia física que me impida escapar del amor caso de percibirlo cerca de mí.

Para el ego tu hermano siempre es tu enemigo, ocasionalmente amigo en una alianza temporal si se comparten los mismos intereses, pero manteniendo esa brecha, esa distancia que me permita huir de él, siempre que vuestros mutuos intereses puedan cambiar y de esta manera reconvertirse tu hermano en tu enemigo

La brecha entre vosotros no es el espacio que hay entre vuestros cuerpos, pues ese espacio tan sólo da la impresión de dividir vuestras mentes separadas. La brecha entre vosotros es el símbolo de una promesa que os habéis hecho de encontraros cuando os parezca, y luego separaros hasta que los dos decidáis encontraros de nuevo. Y entonces vuestros cuerpos parecerán ponerse en contacto y concertar un lugar de encuentro donde reunirse. Pero siempre es posible que cada uno siga su camino. S u p e d i t a d o  a l "derecho" de separaros, acordáis reuniros de vez en cuando y mantener vuestra distancia con intervalos de separación que os p r o t e j a n d e l "sacrificio" del amor. El cuerpo os salva, pues os aleja del sacrificio total y os da tiempo para reconstruir una vez más vuestros yos separados, que creéis que realmente menguan cuando os reunís (T-29.I.4:1-7)


Es nuestra elección lo que establece nuestra sensación de separación e individualidad al establecer un muro de separación basado en nuestro cuerpo y en el espacio que lo rodea,. Este es el sacrificio que el ego exige a la unicidad. Nos erigimos en entes independientes de todo lo que nos rodea y para ello levantamos barreras arquitectónicas que, aparentemente, nos aíslan del resto del mundo. Podemos acercarnos o alejarnos física o afectivamente de los demás y establecer condicionantes a los lugares al considerarlos como espacios  públicos o privados. Nuestra casa se convierte en un espacio de intimidad en el que nos aislamos del mundo que nos rodea

El mundo que ves está basado en el "sacrificio" de la unicidad. Es la imagen de una total desunión y de una absoluta falta de unidad. Alrededor de cada entidad se erige una muralla tan só¬lida en apariencia, que parece como si lo que se encuentra adentro jamás pudiese salir afuera, y lo que se encuentra afuera jamás pudiese llegar hasta lo que se encuentra oculto allí. Cada parte tiene que sacrificar a otra para conservar su propia integridad. Pues si se uniesen, cada una perdería su identidad individual, y es mediante esa separación como conservan su individualidad. (T-26.I.3:1-5)


El cuerpo se convierte en una identificación de si mismo con la idea de propiedad privada y de territorio personal. Supone un sacrificio al renunciar al todo a cambio de recibir una pequeña parte. Y si a sí te consideras a ti mismo, no puedes sino ver a tu hermano en la misma manera, es la expresión del deseo de ver solo una pequeña parte de él obviando el resto. Contempla el mundo y verás que nada está unido a nada más allá de sí mismo. Todas las aparentes entidades pue¬den acercarse o alejarse un poco, pero no pueden unirse.

Lo poco que el cuerpo mantiene cercado se convierte en el yo, el cual se conserva mediante el sacrificio de todo lo demás. Y todo lo demás no puede sino perder esta pequeña parte y perma¬necer incompleto a fin de mantener intacta su propia identidad (T-26.I.3:1-5)


El ego teme a la unicidad pues significa su desaparición. Para eso creo el cuerpo que nos permite alejarnos del “sacrificio” de nuestra individualidad mediante la separación física de tu hermano reconstruyendo nuestros yo separados que parecen menguar en el momento en que nos reunimos.

Ser especial es la función que tú te asignaste a ti mismo. Te representa exclusivamente a ti, como un ser que se creó a sí mismo, auto-suficiente, sin necesidad de nada y separado de todo lo que se encuentra más allá de su cuerpo. Ante los ojos del espacialismo tú eres un universo separado, capaz de mantenerse completo en sí mismo, con todas las puertas aseguradas contra cualquier intromisión y todas las ventanas cerradas herméticamente para no dejar pasar la luz. (T-24.VI.11:3)


Borrar el espacio interpongo entre mi hermano y yo hace que lo vea en plenitud y no solo parte de él. Me permite afirmar que no es mi enemigo y que el cuerpo no es real. Clausurar la brecha supone experimentar la paz eterna.

Esta actitud es el resultado de la idea de que la mente es una, y de que el espacio que hay entre nosotros tan sólo da la impresión de dividir nuestras mentes separadas. (T-29.I.4:1-2)

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