DESPERTAR AL AMOR

con un curso de milagros

LAS LEYES DEL CAOS

El mundo que ves, es el mundo que tú has elegido: Contemplarás aquello que sientas en tu interior. Si en tu corazón se asienta el odio, no podrás sino percibir un mundo terrible, amenazante, cruel, basado en la enfermedad y la destrucción. Un mundo que se rige por las leyes de la  escasez y de la muerte: “Las leyes del caos”


Pero si es el  Amor de Dios lo que sientes dentro de ti, contemplarás un mundo de misericordia y de amor, un mundo renovado, radiante de inocencia, lleno de esperanza un mundo en el que «no nos gobiernan otras leyes que las de Dios»

Éste es el mundo que el Amor de Dios revela. Es tan diferente del mundo que ves a través de los enturbiados ojos de la malicia y del miedo, que uno desmiente al otro. Sólo uno de ellos puede percibirse en absoluto. El otro no tiene ningún significado. A aquellos que ven surgir del ataque un mundo de odio listo para vengarse, asesinar y destruir, les resulta inconcebible la idea de un mundo en el que el perdón resplandece sobre todas las cosas y la paz ofrece su dulce luz a todo el mundo (LE-pI.189.3:1-5)

¿Cuál de ellos quieres ver? Eres libre de elegir. (LE-pI.189.5:1)


 Las 5 leyes del caos


Son cinco las leyes del caos: Cinco creencias de la mente errada, y por tanto como creencias que son, son creencias falsas que la mente acepta como verdad. Todo el caos que la humanidad experimenta es el efecto de estas leyes, son las leyes que rigen el mundo que tu has fabricado:

Es esencial que se entienda cuál es su propósito porque su fin es crear caos y atacar  la verdad. (T-23.II.1:5)

·        Primera ley del caos: la primera ley caótica es que “la verdad es diferente para cada persona”. (T-23.II.2.1) y no es sino  la consecuencia del pensamiento de separación. Cada persona se considera un ente separado en razón de su propio sistema de pensamiento que lo hace único y lo distingue de los demás. Se dota de realidad y se le otorga el concepto de “verdad” a aquello que constituyen mis creencias y por lo tanto defiendo mi verdad con el ataque a todos aquellos que no piensan como yo (en realidad … todo el mundo)

 

·       Segunda ley del caos: Claramente la consecuencia del primero, es que “no hay nadie que no peque, y, por lo tanto, todo el mundo merece ataque y muerte”. (T.23.II.4.1). En realidad si todo el mundo es mi enemigo, sus errores no pueden ser perdonados, y por tanto sin la correccion del perdón, no son errores sino pecados. Es esta creencia en el pecado la que justifica el ataque, la condena y la destrucción.

 

·      Tercera ley del caos: esto conduce directamente a la tercera creencia descabellada que hace que el caos parezca ser eterno. La idea de separación nos hace creer en nuestra verdad. Si atacas a quien Dios quiere sanar, y odias a quien Él ama, entonces tu y tu Creador tenéis voluntades distintas, “si Dios no puede estar equivocado, tiene entonces que aceptar la creencia que su hijo tiene de sí mismo y odiarlo por ello” (T-23.II.6.5) La creencia de que Dios nos odia, convierte a Dios en nuestro enemigo. Nos condena eternamente pues nuestro Salvador se ha convertido en nuestro destructor. Solo la destrucción puede ser el resultado final

 

·       Cuarta ley del caos: El ego atribuye valor únicamente a aquello de lo que se apropia. Esta supuesta ley es la creencia de que “posees aquello de lo que te apropias”. (T-23.II.9.3). Como de acuerdo con las leyes anteriores, todo el mundo es mi enemigo, todo lo que les pueda arrebatar supone una pérdida para ellos y una ganancia para mí. La obtención de algo, que tu enemigo siempre se ha negado a enseñar porque lo aprecia en demasía y que por tanto seguro debería ser tuyo. Justificas pues tu ataque, en razón de aquello que te fue negado y debiera haber sido tuyo.

 

·     Quinta ley del caos: ¿Qué es aquello que tanto anhelas de tu enemigo?, ¿Qué es aquello que con tanto tesón te intenta ocultar y que merece incluso la muerte? Este principio alega que “hay un substituto para el amor”. (T-23.II.12.3). La magia que piensas que curará todo tu dolor. La razón de que tengas que atacar y que tu venganza esté justificada, pues crees en que ese substituto del amor, se encuentra tu salvación. El propósito de todas tus relaciones especiales será intentar apropiarte de él, de aquello que cuando miras en tu interior no encuentras y que sí crees ver en tu enemigo.

 

Estas son las leyes en las que tratas de encontrar tu salvación. Leyes que sigues porque crees que son verdad, porque sólo eres capaz de fijarte en su forma y no en su contenido y a veces, la forma parece hermosa. ¿No parece hermoso el sacrificio por amor? ¿No esta justificado el ataque en determinadas ocasiones?



No te dejes engañar cuando la locura adopta una forma que parece hermosa, pues las “leyes del caos” son las leyes de la ilusiones y de la creencia en el pecado y cualquier forma de ataque, por benévola que esta pueda parecer, no es sino un ataque al amor y como tal, da testimonio de que el caos es la realidad. Cada paso que des a su favor, no hará sino alejarte del Cielo y de las “Leyes de Dios”.



Las leyes de Dios mantendrán a tu mente en paz porque la paz es Su Voluntad, y Sus leyes se promulgaron para apoyarla. Sus leyes son las leyes de la libertad, mas las tuyas son las leyes del cautiverio. Puesto que la libertad y el cautiverio son irreconciliables, sus respectivas leyes no se pueden entender simultáneamente. Las leyes de Dios operan exclusivamente para tu bien, y no hay más leyes que las Suyas .Lo demás, no está regido por ninguna ley, y es, por tanto, caótico.

 (T-10 IV.4:1-5)

 

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