DESPERTAR AL AMOR

con un curso de milagros

LA VERDADERA ORACION

Un devoto le pregunta a su maestro:
- ¿Cómo alcanzo la bendición de no juzgar nunca a mi prójimo?
A través de la oración – contesta el maestro.
- Entonces, ¿por qué todavía no lo he logrado?
- Porque no has orado en el lugar correcto
- ¿Y dónde se encuentra ese lugar?
- En el corazón de Dios
- ¿Y cómo llego hasta ahí?
- Comprende que todo aquel que comete un error no sabe lo que está haciendo y sólo merece
ser perdonado.




Toda oración, tal y como la utilizamos habitualmente, esta basada directa o indirectamente en la existencia de un Dios antropomórfico  que de algún modo mágico satisfará todas nuestras necesidades ilusorias (curación de enfermedades, sanación de relaciones, solución de problemas económicos, castigo de los enemigos…). No es fácil darse cuenta de que orar para pedir esas cosas, “regalos” externos de la clase que sean, siempre se hace para ocultarse de la culpa.


El secreto de la verdadera oración es olvidarte de las cosas que crees necesitar. Pedir cosas concretas es parecido a contemplar el pecado y luego perdonarlo.
(S-1.I.4:1)

La oración, desde el punto de vista metafísico del Curso, no es mas que un símbolo, pues si en realidad el mundo no existe fuera de nuestra mente colectiva y no hay ningún problema más allá de la creencia en la existencia de problemas, entonces la oración como tal es improcedente, pues, ¿Cómo podemos pedir ilusiones?.

En ese sentido la oración se convierte en algo similar a los milagros o a la curación, pues como símbolos o ilusiones no existen como tales en el Cielo, donde la carencia y el error carecen de sentido. Pero todo y que es una ilusión, conduce a la verdad, pues aunque de por sí, la oración no es la verdad, no hay nada en ella que se oponga a ella y no deja de ser sino un paso en la dirección correcta. Por tanto nuestra oración debe ser únicamente la petición de ayuda para la aceptación de la verdad

La verdadera oración debe evitar convertirse en una súplica. Debes pedir, más bien, recibir lo que ya ha sido dado: aceptar lo que ya está aquí.
(S-1.I.1:6)


En el Canto de la Oración la oración se describe como una escalera cuyo peldaño mas bajo simboliza nuestra experiencia como un cuerpo especifico y el peldaño más alto representa el mundo real y es más allá de la escalera donde reencuentra plenamente el verdadero significado de la oración: La unión con Dios.

La única voz que el Creador y la creación comparten; el canto que el Hijo entona al Padre, Quien devuelve a Su Hijo las gra­cias que el canto Le ofrece. Perpetúa la armonía, y perpetua también la feliz concordia del amor que eternamente se profe­san uno a otro.  Y en esto la creación se extiende.  Dios da gra­cias a Su extensión en Su Hijo. Su Hijo da gracias por su creación, en el canto de su crear en Nombre de Su Padre.  El amor que comparten es lo que toda oración habrá de ser por toda la eternidad, cuando el tiempo termine.
 (S-1.In.1:2-7)

En el pie de la escalera, la oración toma la forma que mejor se ajusta a tus necesidades  (s-1.I.1:1) pues la escalera en sí refleja nuestro progreso en el camino espiritual. En ese sentido, en los escalones inferiores, la tendencia es a pedir cosas específicas. Dado que el Espíritu Santo siempre responde a cualquier petición, ésta será satisfecha, pero no siempre en la medida que tu esperas que lo haga, pues sus respuestas están más allá de lo que tu crees necesitar. Solo Él conoce tus necesidades y por tanto Su Repuesta, si es dada por Dios se ajustará a tus necesidades reales.

Da la sensación de que Dios o el Espíritu Santo satisfacen nuestras necesidades “especiales” en base al cuerpo que vive en este mundo irreal. Claramente esta no es la enseñanza del Curso, puesto que la premisa básica es que Dios desconoce todo lo que acontece en este mundo pues no sabe nada de nuestro sueño.


 El Espíritu Santo te dará la respuesta para cada problema específico mientras creas que los problemas son específi­cos. Su respuesta es a la vez una y muchas mientras sigas creyendo que el que es Uno es muchos (T-11.VIII.5:5-6)

Ahora podemos entender mejor el significado de ciertos pasajes que hablan acerca de la respuesta del Espíritu Santo a nuestras necesidades

La oración que pide cosas de este mundo dará lugar a expe­riencias de este mundo. Si la oración del corazón pide eso, eso es lo que se le dará porque eso es lo que recibirá. Es imposible entonces que en la percepción del que pide, la oración del cora­zón no reciba respuesta. Si pide lo imposible, si desea lo que no existe o si lo que busca en su corazón son ilusiones, eso es lo que tendrá.
(M-21.3:1-4)

Por lo tanto la oración no es pedir favores o cosas especiales, sino una actitud de perdón al pedir ayuda al Espíritu Santo para unirnos a otro en una relación santa

En el siguiente escalón de la escalera, la oración reconvierte en una petición sincera a Dios, aunque sin verdadera comprensión de lo que realmente se pide. Las peticiones ya no incluyen lo material sino que abordan solicitudes mas abstractas como la bondad, la honestidad o el perdón, cualidades estas que implican la creencia en un sentimiento de pecado y de culpa y por tanto de escasez que yacen bajo la petición de cualquiera de estas necesidades. 

Estas formas de oración, de pedir-desde-la-necesidad, siempre implican sentimientos de ser débil y limitado, y ja­más podrían ser realizadas por un Hijo de Dios que sepa Quién es. Nadie, pues, que esté seguro de su Identidad po­dría orar en estas formas. Pero no es menos cierto que nadie que no tenga certeza sobre su Identidad puede evitar orar de esta manera. (S-1.II.2:1-3)

En el último escalón se reconoce que la oración en si no tiene sentido alguno pues no es necesaria escalera alguna para descubrir que no se puede alcanzar lo que uno nunca ha abandonado. Nada falta y todo lo mundano se abandona y la oración se convierte en un canto de acción de gracias al Creador en una canción en la que sobran las palabras.

Hay en la cima una transformación muy parecida a la tuya, puesto que la oración es parte de ti. Las cosas de la tierra se dejan atrás, ninguna se recuerda.  No se pide, puesto que nada falta. La Identidad en Cristo se reconoce plenamente y se establece por siempre, incorruptible y más allá de todo cambio
(S-1.II.7:2-5)

Orar es abandonarse, es un sereno instante para escuchar y amar. Es rezar con el corazón, en una oración el la que las palabras, como símbolos que son carecen de importancia

Recurre al Nombre de Dios para tu liberación y se te conce­derá. No se necesita más oración que ésta, pues encierra dentro de sí a todas las demás. Las palabras son irrelevantes y las peticiones innecesarias cuando el Hijo de Dios invoca el Nombre de su Padre.
(LE-pI.183.10:1-3)


En resumen pues, la verdadera oración es simplemente el cambio de pensamiento del Hijo de Dios acerca de la separación y el  mundo del ataque del ego. Tomar la decisión de unión con quien hasta ahora había excluido de mi mente me permite reencontrarme con  la voz del Espíritu Santo y descubrir mi propio Ser y con unirme a mi Creador. Aprender a percibir a mi hermano, al Hijo de Dios, tal y como Dios lo creó me permite descubrir que jamás abandoné mi fuente. Este aprendizaje es el proceso de ascensión por la escalera de la oración que la separación del ego me había llevado a descender.

La oración debe ser ahora el medio por el cual el Hijo de Dios abandona las metas e inte­reses separados, y vuelve en sagrada alegría a la verdad de la unión en su Padre y en sí mismo.
(S-1.In.2:4)

1 comentarios:

sueño negro amigo mio, acuerdate que en los llanos de la verdad
nos encontramos tres gritos dare a tu nombre sueñito, sueñito, sueño negro a ti te llamo a ti me acojo a ti amigo mio hazme favor de revelarme en el sueño mas profundo de amor de perturbar a (nombre) y espiritu molestalo y que no tenga ni un momento de tranquilidad y que me revele en su imaginacion y sentido y que no piense mas que en mi como si fuera dios de la ilusion en persona.
sueñito mio abrazalo, besalo que haga ilusión en mi persona como si estuviera con el de verdad que me quiera como al dios que adora en reunion de san juan de aliminaco y los cinco sentidos que dios te dio. te pido que me ame como yo a él, una cruz del cielo baje y se ponga delante de mi, por ser en la que cristo murió y ella pida a mi dios que me ame sin dificultad. tu cara me vea, tu cuerpo me salude. pues ven a mis pies como vino nuestro señor al mundo asi venga rendido a mi por los tres gritos que yo te doy sueñito poderoso nombrando el espiritu de tu nombre oye mi voz y por las once candelas de la muerte blanca. que es esto que yo te pido, sea concedido por la sangre de cristo que fue extraida de su corazon y por eso con tu fuerte poder dominas las dificultades de mi alma y con tus secretos sueñito me concedas todo lo que yo te pida que esto te lo pagaré publicandolo y creer en mi linda oracion que sera concedido, amen que asi sea.( publicar esta oracion)

 

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