DESPERTAR AL AMOR

con un curso de milagros

EL JUICIO DE DIOS


El Segundo Advenimiento de Cristo permite al Hijo de Dios poder escuchar la voz del Espíritu Santo, la Voz que habla por Dios. Supone separar lo falso de lo verdadero mediante la corrección en la percepción de tu pensamiento. Con este juicio, a la percepción no puede sino llegarle su fin y desde esa nueva visión, conocernos y sabernos como espíritu, dejando atrás la visión del cuerpo.

El Juicio Final es uno más de los muchos recursos de aprendizaje que se incluyeron en el plan general de la Expiación tras la separación. Su duración es indeterminada , pero está en nuestras manos acortar ese tiempo con cada decisión santa que se toma, pues la santidad se expande por doquier y el final se vislumbra muy cerca, una vez que los Hijos de la Vida han decidido vivir felices para siempre.




Los milagros son el vehículo de la Salvación, con ellos se acorta el tiempo hasta desaparecer permitiendo ver un mundo real que ha aceptado las creaciones del Hijo de Dios con amor por razón del mérito que tienen, a la vez que repudia inevitablemente las creaciones falsas de la percepción que, en ausencia de la creencia que las originó, dejarán de existir, al haber alcanzado su objetivo y cumplido su misión.

El Juicio Final sobre el mundo, significa simplemente que todos llegarán por fin a entender qué es lo que tiene valor y qué es lo que no lo tiene; reinstaurará lo que nunca se perdió y restablecerá lo que es eternamente verdad. Desde luego, no encierra condena alguna, pues ve al Hijo de Dios completamente perdonado, libre de pecado y sin propósito alguno. El mundo tal y como lo conoces nace y acaba, y todas las figuras del sueño desaparecen con él. Con dicha corrección se te libera de todos tus errores y de todos los efectos que parecían tener. 

Siempre has pensado que el Juicio Final de Dios te condenaría al infierno, pero estás muy equivocado, el Juicio de Dios es la última curación, en vez de un reparto de castigos, por mucho que pienses que los castigos son merecidos. El castigo es un concepto opuesto a la mentalidad recta, por lo tanto es una ilusión mas del ego. El Juicio de Dios, no quiere decir que alguien va a venir a juzgarte por los actos que decidiste llevar a cabo en este mundo de ilusiones, es absolutamente todo lo contrario: Juzgar no es un atributo de Dios. Como podría hacerlo? cuando todo lo que Él crea es perfecto y uno con El. 


El Juicio Final de Dios es un regalo, es el proceso de evaluación que nos restituye la mentalidad que nos permite conocer lo que tiene valor de lo que no lo tiene. Es un momento en el tiempo en el que tú decides dejar de juzgar desde la visión del cuerpo y juzgando desde el espíritu, comienzas a vivir los ojos del amor desde tu luz interior para comprender que no seremos castigados por nada externo y que solo sufriremos el dolor infringido por nosotros mismos una y otra vez. 

No tengas miedo, pues tener miedo de la Gracia de Dios es tener miedo de liberarse totalmente del sufrimiento, de la paz y la felicidad. Nadie que viva atemorizado puede estar realmente vivo. La Salvación y venida de Cristo está en ti y en tu cambio de percepción y se te pide que le des la bienvenida. No tengas miedo del amor, sino que toma la decisión de ver a tus hermanos y a este mundo con otros ojos, enfrentándote a tus miedos, mirándolos de frente y entregándolos a Dios.


Deja que este mundo suceda, confiado en que llegará el Juicio Final. Cuando todo lo que retengas en la memoria sea digno de amor, no habrá ninguna razón para que sigas teniendo miedo y tu mente será libre junto con la de todos nosotros.
 
Este es el Juicio Final de Dios

"Tú sigues siendo Mi santo Hijo, por siempre inocente, por siempre amoroso y por siempre amado, tan ilimitado como tu Creador, absolutamente inmutable y por siempre inmaculado.
Despierta, pues, y regresa a Mi. 
Yo Soy tu Padre y tú eres Mi Hijo".
(M-10.5:1-3)

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