DESPERTAR AL AMOR

con un curso de milagros

RENUNCIAR A JUZGAR


“La decisión de juzgar en vez de conocer es lo que nos hace perder la paz”


Juzgar es el proceso en el que se basa la percepción pero no el conocimiento. Cuando elegimos la percepción en lugar del conocimiento, elegimos la separación, la creencia en los niveles, en el “más” y en el “menos”, porque la percepción es un proceso continuo de evaluación, ya que para poder seleccionar, es necesario juzgar.  El conocimiento sin embargo se basa en la unicidad; la verdad solo se puede conocer, no mucho ni poco, porque conocer parte de ella es conocerla en su totalidad.






Los juicios siempre entrañan rechazo, porque por lo general casi nunca ponen de relieve los aspectos positivos del juzgado. Lo malo es que aunque pensemos que estos juicios no tienen trascendencia alguna, no suele ser así. Si percibo algo y lo rechazo o he juzgado en la creencia de la imperfección, dicho pensamiento permanece en mi mente simplemente porque ha sido percibido. El problema es depositar mi fe en una percepción que no deja de ser irreal.

En el momento en que a través de un milagro, cambiamos nuestra percepción, reconocemos lo que somos y lo que las otras personas son, nos damos cuenta de que juzgarlos de cualquier manera no tiene sentido. Ello nos produce una profunda paz de resultas de estar con los demás o conmigo mismo sin emitir juicio alguno. No tengo que juzgar para organizar mi vida, y desde luego no tengo que hacerlo para organizarme a mi mismo. Es el cambio de la percepción al conocimiento.

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