DESPERTAR AL AMOR

con un curso de milagros

LAS SIETE LEYES ESPIRITUALES DEL EXITO: 3/7

Esta no es más que una aproximación personal a los términos del libro del Doctor Deepak Chopra desde la perspectiva de un curso de milagros.




Tercera ley: La ley del Karma o de la causa y efecto





“La tercera ley espiritual del éxito es la LEY DEL KARMA.
El ‘Karma’ es a la vez la acción y la consecuencia de
esa acción; es causa y efecto al mismo tiempo,
porque toda acción genera una fuerza de energía
que vuelve a nosotros de igual manera”


La naturaleza misma de causa y efecto es que no podemos tener la una sin el otro. Lo que hace que algo sea una causa es que ésta lleva a un efecto, y lo que hace que algo sea un efecto es que éste viene de una causa.

“Lo que hace que una causa sea causa, son sus efectos” (T-28.II.1:2)
 
Cada acción debe tener una reacción: ese es el principio fundamental de la física. Si algo existe, tendrá un efecto en alguna otra cosa. Lo cual quiere decir que si algo no es causa, no puede existir en este mundo. Todo en este mundo debe tener un efecto; de lo contrario no existiría.

Recordemos la narración bíblica sobre el pecado original: El pecado de la separación, el cual produjo el nacimiento del ego, hace que surja como efecto una vida de sufrimiento, de dolor y eventualmente de muerte. Todo lo que conocemos en este mundo es el efecto de nuestra creencia en el pecado. Por lo tanto, el pecado es la causa, de la cual el dolor, el sufrimiento y la muerte, son el efecto. La mente dormida ahora cree que está a merced de un mundo que parece tener causas.

Esta mente dormida hace que nos sintamos identificados con nuestro cuerpo, que olvidemos que somos mucho más que lo perciben nuestros sentidos físicos. Reaccionamos condicionados por  nuestro entorno de manera predecible, pero no nos detenemos a pensar quienes somos en realidad y que tenemos otras opciones de elección.

En el fondo de nuestro ser, todos sabemos cuál es nuestra verdadera naturaleza, pero frecuentemente, olvidamos nuestra propia realidad acosados por la propia inercia de la vida.

No obstante, nosotros, que ya hemos practicado y conocemos la primera ley, la que nos conecta con nuestro interior, con el conocimiento infinito, ya podemos actuar de otra manera.


Hemos de recordar que tan solo son posibles dos sistemas de pensamiento: Uno irreal, fabricado por aquella parte de la mente, el ego, que cree en las leyes de mundo, el miedo y la culpa y que se manifiestan bajo la apariencia del juicio, depresión, ira… Y el otro que es aquella parte de la mente que compartimos con Dios, la única real y cuya base de pensamiento es el amor y el perdón.

Es sencillo diferenciar uno del otro por el modo en que nos hacen sentir, y es preciso que aprendamos a escoger al Guía adecuado, pues de ello dependerá que despertemos del sueño, o que continuemos atrapados en él.

El despertar, es un lento proceso de deshacimiento del ego; por el que, poco a poco, vamos sanando nuestra mente, recordándole nuestra Santidad, pues somos Hijos de Dios, de modo que devolvemos la mente al Amor y a la Unidad que siempre ha sido y que jamás podrá dejar de ser.

Chopra comenta en su libro:

“Sólo hay una opción entre el número infinito de opciones que se presentan a cada segundo, que pueden traernos felicidad a nosotros y a quienes nos rodean. Elegir esta opción produce una forma de comportamiento que se conoce con el nombre de acción correcta espontánea. (…) La acción correcta espontánea es la respuesta correcta a cada situación, en el momento en que se presenta.”


Es preciso que ante cada posible decisión contestes la pregunta: "¿Qué es lo que quiero?" En realidad es una pregunta que contestamos a cada minuto y cada segundo, de modo que la decisión que tomas es un juicio que no puede sino tener consecuencias. Y éstas continuarán repitiéndose automáticamente hasta que tomes otra decisión…El Espíritu Santo y el ego son las únicas opciones que tienes. Dios creó una de ellas, y, por lo tanto, no puedes deshacerla. La otra la inventaste tú, y, por lo tanto, sí puedes. Sólo lo que Dios crea es irreversible e inmuta­ble

Cualquier decisión de la mente afecta tanto al comportamiento como a la experiencia. Lo que tú deseas, esperas que tenga lugar. Tu mente ciertamente forja tu futuro, y se lo devolverá a la creación plena en cualquier momento si primero acepta la Expiación (proceso de corrección del ego). Retornará asimismo a la creación plena en el instante en que haya hecho eso. Al haber renunciado a su pensamiento desordenado, la correcta ordenación del pensamiento se hace evidente.

Es obvio que cualquier decisión que te causa inquietud está asociada con sentimientos de insuficiencia, pues, de lo contrario, creerías que puedes lidiar con la situación con éxito. Confiar en ti mismo no es la manera de adquirir confianza. Sólo la fortaleza de Dios en ti tiene éxito en todo.

Reconocer tu propia debilidad es un paso necesario para la corrección de tus errores, pero no es suficiente para darte la confianza que necesitas, y a la que tienes derecho.

Dios es tu seguridad en toda circunstancia. Su voz te orienta en toda situación y en todos los aspectos de cada decisión, diciéndote exactamente qué es lo que tienes que hacer para invocar su fortaleza y su protección. Y la voz que habla por Él, el Espíritu Santo, piensa como Él.

Siempre que no te sientes completamente dichoso cuando tomas una decisión, es porque has reaccionado sin amor ante una de las creaciones de Dios. Al percibir eso como un pecado te pones a la defensiva porque pre­vés un ataque. Tú eres el que toma la decisión de reaccionar de ­esa manera, y, por lo tanto, la puedes revocar. No puedes revo­carla arrepintiéndote en el sentido usual de la palabra porque eso implicaría culpabilidad. Si sucumbes al sentimiento de culpabi­lidad, reforzarás el error en vez de permitir que sea deshecho.

Tomar la decisión correcta no puede ser algo difícil. Esto es obvio, si te percatas de que si no te sientes completamente dichoso es por­que tú mismo así lo has decidido. Por lo tanto, el primer paso en el proceso de des-hacimiento del ego es reconocer que decidiste equivo­cadamente a sabiendas, de que puedes deci­dir de otra manera. Sé muy firme contigo mismo con respecto a esto, y mantente plenamente consciente de que el proceso de des-hacimiento, que no procede de ti, se encuentra no obstante en ti porque Dios lo puso ahí. Tu papel consiste simplemente en hacer que tu pensamiento retorne al punto en que se cometió el error, y en entregárselo allí a la Expiación en paz. Repite para tus aden­tros lo que sigue a continuación tan sinceramente como puedas, recordando que el Espíritu Santo responderá de lleno a tu más leve invitación:

Debo haber decidido equivocadamente porque no estoy en paz.
Yo mismo tomé esa decisión, por lo tanto, puedo tomar otra.
Quiero tomar otra decisión porque deseo estar en paz.
No me siento culpable porque el Espíritu Santo, si se lo permito  anulará todas las consecuencias de mi decisión equivocada.
Elijo permitírselo, al dejar que Él decida en favor de Dios por mí. 
(T-5.VII.6.7-11)


Debemos vivir según nos enseña el Curso. El Espíritu Santo es nuestra guía, la luz que nos muestra el camino, pero él no hará el trabajo por nosotros. La única esperanza para nuestra salvación es que llevemos las ilusiones del ego ante el Espíritu Santo, para que su verdad las corrija en nuestras mentes. La elección es nuestra. La voluntad de Dios para ti es completa felicidad, ahora mismo. Esto es la Expiación, el perdón total. No existe ningún problema que no desaparezca en el poder de este momento.

La salvación, pues, puede alcanzarse fácilmente, pues todo el mundo es libre de cambiar de mentalidad, y al hacerlo todos sus pensamientos cambian también. La fuente de los pensamientos ha cambiado, pues cambiar de mentalidad significa que has efectuado un cambio en la fuente de todas las ideas que tienes ahora, que jamás hayas tenido o que algún día puedas tener.

Liberas al pasado de todo lo que antes pensabas. Liberas al futuro de todas tus viejas ideas de ir en busca de lo que realmente no deseas encontrar. El único tiempo que queda ahora es el presente. Aquí, en el presente, es donde el mundo queda liberado. Pues al dejar que el pasado quede cancelado y al liberar el futuro de tus viejos temores, encuentras escape y se lo ofreces al mundo. 




primera parte



segunda parte

1 comentarios:

. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA

Cada señalización luminosa es un acto de conciencia

Ejemplo:

Ceder el paso a un peatón.

Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

Poner un intermitente

Cada vez que cedes el paso a un peatón

o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años

 

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