No hay tinieblas en ninguna parte del Reino, y tu papel sólo consiste en impedir que las tinieblas moren en tu mente. Cada uno de nosotros es la luz del mundo, y al unir nuestras mentes en esa luz proclamamos el Reino de Dios juntos y cual uno solo. Tú eres yo y yo soy tú. TÚ Y YO SOMOS UNO.
Esta Navidad entrégale al Espíritu Santo todo lo que te hiere. Permítete a ti mismo ser sanado completamente para que puedas unirte a Él en la curación, y celebremos juntos nuestra liberación liberando a todo el mundo junto con nosotros.
(T-15.XI.3.1-2)
Dios quiere que celebremos la Navidad entrando a un instante santo, en la práctica, liberamos a alguien en nuestra vida de las demandas que le hemos impuesto, y si lo hacemos sinceramente, seremos nosotros los que nos liberemos de la prisión del ego y entraremos a un tiempo santo, el tiempo de Cristo, en que el evento original de la Navidad se repite en nosotros.
Estamos acostumbrados a demostrar nuestro amor a las personas a las que queremos mediante el ofrecimiento de cosas o sentimientos que tienen mucho valor para nosotros, con el objeto de que aquella persona de alguna manera se vea beneficiada por nosotros dada su sensación de carencia. Esta forma de dar, sintiendo que perdemos, es una actitud que con la cual, esperamos que la persona y Dios nos tome en cuenta, nace de una sensación de culpa por cosas terribles hechas en el pasado con la creencia que esa es la manera de mitigar, el dolor y el posible castigo de la persona y de Dios a nosotros, y la esperanza que ellos se fijen en nosotros y nos perdonen.
Esta idea tan absurda viene condicionada por las enseñanzas que hemos recibido y que han sido absolutamente asimiladas por el ego, que interpreta que en el acto de la crucifixión Jesús murió por nosotros para el perdón de nuestros pecados. Aprendimos que vivió una vida de total desprendimiento y se nos enseño que para ganarnos el cielo como él, deberíamos seguir su ejemplo. De esta manera hemos asimilado que el sacrificio al desprendernos de algo valioso y dárselo a otro a quien yo amo, me hará ganar el cielo.
Sin embargo el curso nos enseña que todo es al contrario: Infringirnos un dolor y sacrificarnos, no es algo que Dios quiere que hagamos, porque no es esa su voluntad para nosotros y esa actitud nacida de una idea, resulta de una mala interpretación de sus enseñanzas. Tenemos que aprender que el sacrificio nos aleja del amor, y permite que la tristeza oscurezca la alegría de la Navidad. El sacrificio conlleva culpabilidad tan inevitablemente como el amor brinda paz. La culpabilidad es la condición que da lugar al sacrificio, de la misma manera en que la paz es la condición que te permite ser consciente de tu relación con Dios.
No exijamos ningún sacrificio a nadie pues solo así ofrecemos amor. En Navidad Dios agradece al que desee recibirle y le permite entrar ahí donde Él desea estar. El tiene absoluta confianza de lograras todo lo que te propongas hacer y mientras solo desea que le digas a tu hermano:
TE ENTREGO AL ESPIRITU SANTO COMO PARTE DE MI MISMO.
SE QUE TE LIBERARAS, A MENOS DE QUE QUIERA VALERME DE TI PARA APRISIONARME A MI MISMO.
EN NOMBRE DE MI LIBERTAD ELIJO TU LIBERACIÓN PORQUE RECONOZCO QUE NOS HEMOS LDELIBERAR JUNTOS.
Este es el propósito de la verdadera Navidad.
Ante
esta luz
que recibirás
en esta temporada,
el mundo se desvanecerá
hasta desaparecer por completo,
y verás surgir otro mundo
al cual no tienes palabras para describir.
Ahora nos encaminamos directamente hacia la luz.
Cierra los ojos al mundo que ves...
y en la silenciosa oscuridad contempla cómo las luces
que no son de este mundo
se van encendiendo una por una, hasta que deja de ser relevante
donde comienza una y donde termina la otra al unirse todas en una sola.
Hoy las luces del Cielo se inclinan ante vos.
Los Ángeles alumbran el camino, disipando toda oscuridad...
Y tu te levantas en una luz tan brillante y tan diáfana
que puedes entender todo lo que allí ves.
Un breve momento de sorpresa tal vez...
hasta que te detengas antes de que des cuenta de que
el mundo que ves ante vos, en la luz,
refleja la verdad que siempre conociste...
y de la que no te habías olvidado completamente
mientras vagabas en sueños...
Felíz Navidad para todos!!!
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