DESPERTAR AL AMOR

con un curso de milagros

LAS SIETE LEYES ESPIRITUALES DEL EXITO: 1/7


Esta no es más que una aproximación personal a los términos del libro del Doctor Deepak Chopra desde la perspectiva de un curso de milagros; puede que alguna de las ideas te parezca chocante e incluso que te opongas a algunas de ellas. Pero eso no importa, no pretendo tener la razón… Tan solo es mi opinión, tan válida como puede ser la tuya.



Primera ley: Ley de la potencialidad pura








“La primera ley espiritual del éxito es la ley de la potencialidad pura. Se basa en el hecho de que, en nuestro estado esencial somos conciencia pura, La conciencia pura (…) es el campo de todas las posibilidades y de la creatividad infinita (…). Cuando descubrimos nuestra naturaleza esencial y sabemos “quien soy” realmente, ese sólo conocimiento encierra la capacidad de convertir en realidad todos nuestros sueños.”


En la creación Dios se extendió a sí mismo en sus creaciones, por eso no solo fuimos creados, sino que además fuimos creados perfectos. Todo lo que Dios creó es semejante a él. Con la separación se introdujo en nuestra mente el nivel de percepción, “el ego”, convirtiendo a la mente en un instrumento perceptor en lugar de un instrumento creador. El ego, es en última instancia, un intento erróneo de la mente de percibirnos como nos gustaría ser en lugar de cómo somos en realidad. Es la ocultación de nuestro ser real, de nuestro espíritu creado a semejanza de nuestro creador...


El ego es capaz de realizar preguntas pero no de dar respuestas porque su base se encuentra en la percepción y no en el conocimiento. Por tanto hace que la mente se encuentre confundida porque no sabe quien es, incapaz de otorgarse respuestas a sí misma, porque su única forma de aprendizaje es lo que percibe y por tanto es incapaz de conocer. El espíritu que alberga en cada uno de nosotros y que es la única fuente de conocimiento, es incapaz de acceder a la mente, por lo que el espíritu se percibe como una amenaza para la propia existencia del ego, con la consiguiente creación del miedo. 

La capacidad de percibir hizo que el cuerpo fuera posible, haciendo llegar a la conclusión de que “yo soy mi cuerpo”. Fabrica una imagen de ti y de los demás falsa e indigna. La paz es un atributo que se encuentra dentro de cada uno de nosotros, sin embargo desperdiciamos nuestros esfuerzos creativos en intentos de obtener un mayor bienestar valiéndonos de medios inadecuados. Basamos nuestra existencia en la carencia, sin saber que lo poseemos todo. Somos incapaces de encontrarnos a nosotros mismos, reflejando en el mundo, nuestra propia ausencia, nuestro propio vacío y dolor que creemos ciertos, porque… ¿como no podríamos creer aquello que nosotros mismos hemos creado?.  

Afortunadamente la solución es sencilla: No se trata de cambiar la realidad. La única solución es aceptar la realidad tal y como es, cambiar la percepción hacia una percepción correcta, renunciar a las ideas que se opongan al conocimiento, saber que “tener” y “ser” siempre es lo mismo. El ego ha creado en nuestra mente un hogar mísero y en eso radica nuestra fuerza: Todo su mundo no son más que ilusiones. Libérate y libera a los demás. Retorna al origen. Las capacidades que ahora posees no son sino sombras de tu verdadera fuerza. Dios trabaja sin esfuerzo y espontáneamente nos cede todo para nuestro propio beneficio, produce todo lo que está a nuestra vista y todo lo que está fuera de ella. Tan sólo has de dejar fluir los acontecimientos.  Déjate llevar, es parte del proceso para convertir tus deseos en realidad. La vida es eterna pero sus manifestaciones son efímeras, por tanto, aprovecha tu presente siendo el arquitecto de tu destino.

Abre tu mente al conocimiento y a la percepción verdadera, pensando en un mundo de bendiciones. Abre tu corazón y descubre que tú mismo eres la magia que crea todo lo que anhelas. Termina con el miedo y haz renacer el amor más absoluto para todos. Dejemos pues de juzgar, abiertos a aceptar las circunstancias que nos rodean y a los demás tal y como son, a comprenderlos, respetarlos y por lo tanto a amarlos.
 
Tú eres Dios. Magia eterna. Has venido a este mundo a encontrarte a ti mismo. Lo que buscas esta en tu interior. Solo hay que buscarlo. Termina con la dualidad entre el ego y el espíritu. Sólo la paz es patrimonio del espíritu. Nada ocurre al azar, porque siempre se hace tu voluntad aunque no te des cuenta, y aunque creaste sin notarlo tu propio dolor, no te preocupes porque esto no perdurará. El desenlace es tan seguro como Dios: Contemplar en ti, y en todo a tu alrededor la perfección.


0 comentarios:

Publicar un comentario