Sexta ley: La ley del desapego
”El mundo está lleno de sufrimientos;
la raíz del sufrimiento es el apego;
la supresión del sufrimiento
es la eliminación del apego”
(Buda)
La sexta ley espiritual del éxito es la ley del desapego. Esta ley es complementaria a la quinta ley, y nos muestra que debemos renunciar a nuestro apego a cualquier cosa del Universo físico. No se trata de renunciar a obtener aquello que deseamos, sino la renuncia al interés por su consecución.
El apego es un estado emocional de dependencia compulsiva a una cosa o persona determinada, originado por la creencia de que sin esa cosa o persona, no es posible ser feliz. Cuanto más nos aferremos a algo más nos hacemos prisioneros a ese objeto o a esa persona y por tanto hacemos partícipe a los miedos y la inseguridad de su pérdida. El apego siempre está condenado a la infelicidad, pues, si logras aquello a que estás apegado obtienes un placer temporal que inmediatamente es seguido por una sensación de tensión y el disconfort ante la posibilidad de la pérdida de aquello que nos dio un momento de placer. Pero si nuestras expectativas no son satisfechas y no somos capaces de obtener aquello que deseamos, se nos provoca un intenso dolor.
El apego siempre está relacionado con el ego pues siempre se interesa por lo visible, lo mundano y los símbolos (la casa, el coche, la ropa, un amor “especial”...), Sin embargo el desapego se basa en la seguridad del poder del “yo interior” y por tanto en el espíritu: El Saber que somos poseedores de una gran riqueza y de sabemos que todo se encuentra programado y nada queda al azar. Recordar que caminamos de la mano de Dios, soltarse a lo desconocido, es un perfecto caminar en la seguridad de que mas allá de tu percepción de las sombras, siempre está la luz. La luz de la comprensión y la consciencia de lo que es cada uno.
Con la ley de la intención y del deseo pretendemos un objetivo, una meta, pero con la ley del desapego, entre un punto y otro del camino, dejamos que las cosas fluyan sin esperar el cumplimiento del objetivo, con la tranquilidad de poder cambiar de dirección en cualquier momento siempre con la seguridad de que la solución llegará, confiando en nuestro yo interior que nos ha de llevar a una meta mejor, o algo más fascinante y enriquecedor que lo primero que nos hemos planteado... (sigue) Ese poder para poder cambiar el diálogo interior, es el que nos ofrece la posibilidad de convertir cada problema en una oportunidad, y cada acontecimiento del presente en una lección para aprender. El desapego es despedirte del pasado con amor y aceptación. Alejar el temor al futuro y permitir que la vida te muestre alternativas de armonía y prosperidad. Implica aceptar la realidad de los hechos. Nos libera de nuestra sensación de pérdida de paz, de nuestras preocupaciones y pesares porque nos hace disfrutar de la vida a pesar de los “problemas” no resueltos. Es una aceptación de la fe en nosotros mismos y en Dios. Sabemos que todo se encuentra programado y nada queda al azar. Cuando comprendes que cada momento se ha de vivir intensamente, te capacitas para abrazar el cambio y renacer a una nueva etapa, una etapa de superación de la necesidad de repetir el pasado, permitiendo la llegada de nuevas experiencias a tu vida que te permitan crecer, evolucionar y comprender el propósito de todo cuanto sucede.
"No hay nada que tenga que ser, No hay nada que tenga que tener y No hay nada que tenga que hacer.
Sino simplemente lo que estoy siendo, teniendo y haciendo en este momento".
La felicidad solo es posible en el presente, en el aquí y ahora, porque es el único tiempo en el que estamos. Vivir en el presente es permitir que las cosas sucedan por sí solas en lugar de forzarlas y tratar de controlarlas; renunciar a los remordimientos por el pasado y a los miedos por el futuro.
Desapegarnos no quiere decir que nada nos importe. No se trata de renunciar, pues no renunciamos a la intención ni al deseo; renunciamos al interés por el resultado. No es una aceptación resignada y desesperante de todo aquello que la vida nos ofrece en nuestro caminar. No es un desatender nuestras propias responsabilidades hacia nosotros mismos o hacia los demás. Es simplemente redescubrir la vida mediante el redescubrirse a sí mismo.
"En lo profundo de tu interior yace todo lo que es perfecto, presto a irradiar a través de ti sobre el mundo. Ello sanara todo pesar y dolor, todo temor y toda sensación de pérdida porque curará a la mente que pensaba que todas esas cosas eran reales y que sufría debido a la lealtad que les tenia."
(L-pI.41.IV:1-2)
Como Deepak Chopra me recomienda:
- Hoy me comprometeré con el desapego. Permitiré a los que me rodean la libertad de ser como son. No forzaré la resolución de los problemas
- Convertire la incertidumbre en algo esencial en mi experiencia, pues esta es el camino a mi libertad.
- Esperaré abierto a todas la posibilidades, con el regocijo la aventura y la magia de abrirme a múltiples alternativas
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